Pido perdón
por la realidad que me inyecto en vena,
por la incredulidad
y por la falta de dioses.
Perpleja 
exhausta
me siento al borde de la palabra
a trazar lo que veo
dentro y fuera
de mí.
Por lo demás
no tengo mucho que decir.
He llenado cada espacio.
He bebido cada copa.
He besado cada beso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario