No quiero que nadie 
me complemente
y menos 
complementar a nadie,
no quiero cambiar

ni una sola palabra
del lenguaje arisco 
de mis dudas 
sobre ti,
dinamité mis castillos
en el aire
y carezco de planes
con un final feliz.
Me hice mayor
para convocar tormentas
que destrocen el paisaje
que tanto 
me costó construir.
No tengo "el siempre"
No tengo "el nunca"
pero -eso si-
dejaré una silla
un paseo
un viaje
donde descubrir
qué herida te duele
y qué te hace tan feliz.
No creo en cuentos
ni en milongas
pero
si entras
en mi beso, 
yo te escribo
una historia 
-insisto-
con los pies en el suelo
de un cielo prometedor.

Foto Jean Loup Sieff

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